
La primera referencia escrita acerca del Tarot en Europa, es un
manuscrito sienés (Trattato de governo della familia di Pipozzo) de
1299, donde se menciona la existencia de los "naibis", y recomienda a
los caballeros abstenerse de jugar a las cartas. No se ha encontrado
ningún documento anterior como prueba científica de la existencia del
Tarot.
La etimología del Tarot es muy controvertida y existen muchas versiones distintas.
Unos dicen que proviene del hebreo (dicen que deriva de Théraph = tablas del oráculo
judío) o del chino o del griego (dicen que deriva de la palabra eratoi = compañeros) o
del árabe (dicen que deriva de la palabra tar = enemigo) o del latín (dicen que deriva de
la palabra terere = barajar) o según la Corte de Gobelin (que deriva de la palabra egipcia tar
= vía o camino y rog = rey o real). Para otros proviene de la Doctrina de Coth. Según
Papus y Guillaume Postel, proviene del tetragrama cabalístico de los judíos. Para J.A.
Vaillant proviene de los fenicios Ashtaroth, que significa a la diosa madre progenitora
de los series vivos.
Como véis las conjeturas son muchas y variadas. Posiblemente algunos tengan razón,
pero lo que es seguro es que toda la simbología de la que van cargadas estas cartas
proviene de religiones, filosofías y culturas muy antiguas. Este hecho demuestra que
desde antiguo los sabios estuvieron interesados en los métodos adivinatorios.
El Tarot está formado por 78 cartas divididas en: los Arcanos Mayores y los Arcanos
Menores. La lectura del Tarot puede hacerse con los Arcanos Mayores solos o con
ambos juntos.
Los Arcanos Mayores son 22 cartas, en las que está representado el universo desde su
creación y el mundo terrenal hasta el mundo espiritual. Las cartas del Tarot están llenas
de simbología de todo tipo. Aparte del significado que cada figura representada en cada carta,
intervienen otro tipo de símbolos: numerología, el significado de los colores, la
lectura de los gestos y las posiciones de las figuras y los elementos.
Los Arcanos Menores son 56, los triunfos o naipes, como los de una baraja española:
As, hasta el X, Sota o Valet, Reina y Rey.
Existen varios tipos de Tarot distintos: el Gringonneur o baraja de Carlos V, el de Yale,
el de Colleoni, el de Brera o Brambilla, el de Magtegna, el de Minchiate (Florencia),
el de Etteila, el de Visconti-Sforza (siglo XV Bergamo), el de Marsella, el Egipcio,
Alquimístico, el Gitano, el de París, el Alemán, el Clásico (1880 Piamonte, Italia), el de
Besançon, Arthur E. Waite 1910, Aleister Crowley de 1944, el de Dalí, Erótico de
Lucca Raimondo de 2000, ...
Los Tarots que tuvieron más éxito fueron el de Marsella, los italianos y los españoles.
El Tarot de Marsella es el más utilizado en el mundo. Nació en Francia en el siglo XV
y principio del XVI y varía un poco con los italianos. B.P.Grimaud contribuyó a ello en
el siglo XIX. En Francia cambiaron los 4 palos de las barajas italianas: oros, copas,
espadas y bastos por diamantes, corazones, picas y tréboles respectivamente. De ahí
nació el juego del Póquer. De éstos nacieron los Tarots de Etteilla y los tarots satíricos,
para burlarse de la nobleza y los políticos.
Con el Tarot de Marsella se puede jugar a las cartas -de hecho se hacía-, aunque su fin
primordial es el adivinatorio.
Los Arcanos Mayores, en su conjunto, representan al universo y están divididas en 3
grupos: las cartas del conocimiento, las de la acción y las de la emoción. Dicho de otra
manera, representan los 3 planos: material, espiritual y anímico. Cada carta tiene su
significado, pero siempre estará condicionada por las cartas que la rodean para poder
sacar una conclusión. Todas las cartas pueden ser positivas y negativas, dependerá de su
posición en la tirada.
Las tiradas

En realidad cada persona acaba creando su forma personal de tirar las cartas, siempre
basada en una de las arriba citadas. Lo importante es crear su propio código. Lo mismo
ocurre con la forma de barajar y de cortar las cartas. Cada uno tiene su forma de
cortarlas, en 2 montones o en 3. Y de barajarlas: algunos dividen el motón en dos y las
mezclan horizontalmente a la altura del 6º chakra; otros las mezclan como si se tratara
de las fichas de un dominó, para que unas queden al derecho y otras al revés. Para unos es
fundamental que el corte y la elección de las cartas se haga con la mano izquierda, el
subconsciente; otros prefieren el corte con la mano derecha, que es la que está en contacto
con el universo y es como vamos evolucionando las personas; en cambio para otros da igual
la mano con la que se haga.
Son necesarios una serie de requisitos para echar las cartas. Para muchos es necesario
unos minutos de meditación y concentración antes de tirar las cartas. Un tapete morado
(el color de la mutación y trasgresión, del cambio), una vela blanca, incienso, no cruzar
las piernas para que las energías fluyan (ni el consultante ni el cartomántico)... todo
ello contribuye a crear el clima apropiado. Luego, hay que intuir cuál es la tirada que
hay que elegir para responder a las necesidades del consultante.
Lo que sí es un acuerdo común es que el Tarot proviene de maestros
espirituales que "guardaron" en las imágenes simbólicas sus
conocimientos herméticos. En las escuelas esotéricas y herméticas de
occidente, las "claves" del Tarot han servido como vías de
autoconocimiento y ascenso espiritual, ya sea a través de la meditación
en ellas o mediante el estudio de sus mensajes y relaciones.
Gareth Knight, un estudioso del Tarot, en el portal del Círculo
Dorado afirma: "La tradición de los misterios occidentales toma sus
fuentes principales de la sabiduría de las culturas que se asentaron
alrededor del Mediterráneo, Europa y medio Oriente. De esta manera
obtenemos una fusión de las tradiciones Egipcia, Griega, Celta, Nórdica,
Musulmana, Judía y Cristiana".
Cada una de éstas es en sí misma un camino hacia el autoconocimiento.