Seguro que te has enfrentado a la situación de que le llega una buena nueva a un amigo o bien familiar y no logras alegrarte por él debido a una suerte de envidia. Esta sensación, si bien es normal, es perjudicial para nosotros y debemos procurar solventarla.
En el momento en que un amigo próximo o bien familiar nos cuenta una buena nueva, lo más reglas es alegrarnos por ellos de veras, mas si nos hallamos en una mala situación en ese instante, como por poner un ejemplo una situación de desempleo y que la buena nueva es que nuestro amigo ha logrado trabajo, puede sucedernos que, en vez de alegrarnos, sintamos envidia de esta persona. La envidia es algo normal en el humano, mas si de veras apreciamos a esas personas deberíamos alegrarnos por sus buenas noticias.
Esto puede ocurrir pues, al darnos la buena nueva, equiparamos su situación con la nuestra y nos resulta imposible alegrarnos en tanto que otra persona ha cumplido su objetivo y no. El mejor consejo es preocuparse y ocuparse de festejar apropiadamente las buenas noticias que nos sucedan a nosotros, sin mirar lo que ocurre a la gente de nuestro alrededor; así vamos a ser capaces, sin darnos cuenta, de alegrarnos de corazón ante situaciones buenas que pasen a otras personas y quitarnos esa mala sensación de envidia con la que en ocasiones cuesta vivir.
Sobre todo no debemos entregar vueltas al hecho de por qué razón otra persona ha cumplido su objetivo y no, puesto que somos personas absolutamente diferentes, con circunstancias y pensamientos plenamente diferentes e inclusive si bien nuestro objetivo sea exactamente el mismo, hay millones de circunstancias que nos apartan. De tal modo que, valorando esto, vamos a poder festejar con el resto sus buenas noticias a fin de que de este modo cuando las tengamos asimismo se puedan alegrar por nosotros.
En el momento en que un amigo próximo o bien familiar nos cuenta una buena nueva, lo más reglas es alegrarnos por ellos de veras, mas si nos hallamos en una mala situación en ese instante, como por poner un ejemplo una situación de desempleo y que la buena nueva es que nuestro amigo ha logrado trabajo, puede sucedernos que, en vez de alegrarnos, sintamos envidia de esta persona. La envidia es algo normal en el humano, mas si de veras apreciamos a esas personas deberíamos alegrarnos por sus buenas noticias.
Esto puede ocurrir pues, al darnos la buena nueva, equiparamos su situación con la nuestra y nos resulta imposible alegrarnos en tanto que otra persona ha cumplido su objetivo y no. El mejor consejo es preocuparse y ocuparse de festejar apropiadamente las buenas noticias que nos sucedan a nosotros, sin mirar lo que ocurre a la gente de nuestro alrededor; así vamos a ser capaces, sin darnos cuenta, de alegrarnos de corazón ante situaciones buenas que pasen a otras personas y quitarnos esa mala sensación de envidia con la que en ocasiones cuesta vivir.
Sobre todo no debemos entregar vueltas al hecho de por qué razón otra persona ha cumplido su objetivo y no, puesto que somos personas absolutamente diferentes, con circunstancias y pensamientos plenamente diferentes e inclusive si bien nuestro objetivo sea exactamente el mismo, hay millones de circunstancias que nos apartan. De tal modo que, valorando esto, vamos a poder festejar con el resto sus buenas noticias a fin de que de este modo cuando las tengamos asimismo se puedan alegrar por nosotros.
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