UTILIZANDO EL TAROT EN LA MEDICINA
En el estudio del Tarot, en particular, y del esoterismo en general, nos encontramos con personajes interesantes, de los que no se sabe gran cosa. Algunos son curiosos, otros incluso inquietantes, pero sobre todo son fascinantes.
Desde esta revista queremos difundir el conocimiento sobre algunos de estos personajes, así que iremos publicando algunas de sus biografías.
El primero en esta serie de artículos es Robert Fludd, médico seguidor de Paracelso famoso por sus numerosos libros de hermética y por diagnosticar a sus pacientes a través del Tarot, concretamente mediante una variación particular de la tirada astrológica.
Este personaje, que se hacía llamar Robertus de Fluctibus, vivió en la Inglaterra de los siglos XVI y XVII, concretamente, de 1574 a 1637, en pleno Renacimiento.
Hijo de una familia bien situada (su padre, Sir Thomas Fludd, era un funcionario de alto rango y tesorero de guerra para la armada de Isabel I), Robert Fludd estudió medicina en Oxford, tras lo cual decidió realizar un viaje por Europa para profundizar en sus conocimientos. Entre 1598 y 1604 Fludd recorrió España, Francia, Italia y Alemania, estudiando medicina y química, pero también entró en contacto con la filosofía ocultista y la alquimia. Se cree que fue en Alemania donde entró en contacto con el movimiento de la Rosacruz, al que unos afirman que no llegó a unirse, mientras que otros defienden que sí se unió a la Rosacruz inglesa. Lo que sí es cierto es que escribió algunos textos en su defensa, entre ellos el “Tractatus Apolegeticus integritatem Societatis de Rosea Cruce defendens“.
A su regreso a Inglaterra, recibió su doctorado en Oxford en 1605, y es considerado un gran humanista. Como médico, defendia los postulados de Paracelso (padre de la homeopatía y la cirugía moderna y que también utilizaba la astrología para diagnosticar) inventó el barómetro y fue el primero en describir la circulación sanguínea. Inventó también una máquina de funcionamiento contínuo, que funcionaba con agua.
Fludd se hizo famoso en su época por practicar, a la par que la medicina convencional, la sanación a distancia mediante el “ungüento de simpatía” (un sistema descrito anteriormente por Paracelso) y el magnetismo para tratar diversas enfermedades, así como por valerse de la astrología y el Tarot para diagnosticar a sus pacientes. Ello le valió las críticas de muchos de sus contemporáneos.
Desde 1616 comenzó a redactar su fructífera obra, que desarrollaría hasta su muerte en 1637, con tratados sobre medicina, filosofía, alquimia, astrología, ocultismo e incluso música, donde desarrollaría sus teorías sobre el microcosmos y el macrocosmos, y cómo la esencia espiritual del hombre (el alma, unida a Dios o macrocosmos) se distingue del cuerpo físico (que conforma el microcosmos), pero cohabita e interactúa con él en el ser humano.
Para éste fascinante médico – astrólogo, la fuerza vital, base de todas las funciones vitales, es una fuerza etérea y unida al alma, que constituye a la vez la conciencia y el espíritu animal en nosotros. Su tratado “Utriusque Cosmi, Maioris scilicet et Minoris, metaphysica, physica, atque technica Historia (La historia metafísica, física y técnica de los dos mundos, a saber el mayor y el menor)”, que consta de varios tomos, publicados en Alemania entre 1617 y 1621, resume su filosofia.
Sus magníficos grabados, enormemente detallados, son utilizados aún hoy en el mundo del ocultismo.
Hombre de pensamiento influyente en su época, siempre abierto a discutir y compartir sus ideas y conocimientos, mantuvo un célebre intercambio de opiniones con Johannes Kepler, discutiendo por carta sus respectivas teorías relativas a los enfoques científico y hermético del conocimiento.
LA ÉTICA DEL TAROT
Es muy importante que exista una ética del Tarot. Quien se prepara para el estudio del Tarot es muy importante que adquiera un firme compromiso ético.
Todo buen profesional debe basar su trabajo en conductas éticas y en especial, por razones obvias, quienes tienen que ver con lo interno del Ser, con el alma humana. Debe hacerlo limpio de corazón, con intención de servicio, de cumplimiento de misión y apoyo. Desde su formación, quien incursiona en el Tarot debe seguir líneas éticas de conducta.
Elaboración permanente en el estudio del Tarot
Un buen profesional nunca dice: “Ya sé todo lo que necesitaba saber. Soy un experto”. La ciencia y la tecnología se han desarrollado gracias a que quienes se dedican a ellas nunca se dan por satisfechos. Al contrario, cada respuesta suscita mil nuevas preguntas que claman solución. A ello se deben los inventos, la corrección de errores del pasado, el cambio de paradigmas para el progreso. Así, el tarotista se estanca cuando cesa de estudiar y prepararse. Si se abre al aprendizaje llegarán los sabios consejos de quienes van un poco “más adelante”, ya sea un libro, un curso, una persona, un programa de T. V. o una página web.
Conocimiento teórico-práctico del Tarot
Se requiere saber el significado de las cartas y las combinaciones o “tiradas” y, a medida en que mejor se manejen estos aspectos, se facilita la consulta. Pero eso no es suficiente. Paralelamente al dominio teórico del Tarot, se requiere de una formación integral que comprende conocimientos de psicología, autoayuda, terapias holísticas, etc.
Respeto mutuo
Respeto es cortesía, tolerancia y confianza. Si tarotista y consultante van en busca de respuestas en actitud armónica se produce un encuentro positivo, inspirado y de mucho crecimiento para ambos. Se da una conexión perfecta y su efecto es evolutivo para los dos “actores”. Las normas de cortesía y educación hacen que ambos participantes se sientan satisfechos y agradados. Omite expresiones vulgares y soeces que envilecen la atmósfera y bajan el nivel vibratorio. Recuerda: el tarotista pone las reglas y el consultante se adapta a ellas de manera automática.
Concentración en las sesiones de Tarot
Antes y durante una sesión, evita charlas banales que distraen y desvían el centro de interés. Sin rigidez, toma el control y orienta la conversación hacia temas pertinentes. Evita el parloteo superficial, el chisme y los relatos sobre temas colaterales que dispersan la energía y hacen perder la concentración.
Actitud relajada y perceptiva en la sesión de Tarot
Respira conscientemente, serénate y mantén una actitud alerta durante la sesión. Cuando consultas a solas, esta actitud te facilita la conexión interior. Cuando consultas a alguien que está presente, el estado de ánimo calmo y alerta te permite captar señales que, de otra manera, hubieran pasado desapercibidas. Mínimos gestos (una tenue sonrisa, un ceño apenas fruncido o una lágrima casi imperceptible) pueden ser señales claves que te faciliten el tránsito por este “laberinto” insondable del alma humana. Los mensajes no verbales a veces dan más información que las palabras. Por demás, la actitud relajada te conecta con tu voz interior y, con ello, captas mejor las verdades que el tarot sugiere.
Sinceridad y responsabilidad en el Tarot
Ser sincero no significa ser imprudente o cruel. Ser sincero es sinónimo de decir la verdad, tal como ésta se revela. Sinceridad y respeto es una combinación que te permite decir lo que debes decir sin perjudicar, sin emplazar u ofender. Los sicólogos llaman a esta forma de comunicación ser “asertivos”. Es ético anunciar en consulta los acontecimientos que el tarot advierte, agradables o no. La información no te pertenece, eres sólo un “canal”, un “traductor”, por lo tanto no decides qué decir. Lo que sí decides es cómo hacerlo. Asume la responsabilidad acerca de cada palabra que digas y de cada consejo que des.
Intención útil y digna
Antes de iniciar una consulta, revisa cuál es la intención manifiesta y oculta de la pregunta. Si se esconde un sentimiento innoble, un deseo mezquino o destructivo, por más ingenua que parezca la pregunta, no te hagas partícipe. Antes bien, convence a la persona de no hacerla y, mejor aún, ayúdala a ver lo errado de su motivación. No permitas que el egoísmo o la maldad de otros guíe la sesión y empañe tu energía y la consulta misma. Una pregunta inspirada en fines poco dignos retrasa espiritualmente a quien consulta, al operador que lo permite y a tu Tarot como “práctica de luz” que debe ser.
No especulación
Todo servicio amerita una compensación en dinero o bien útil. En la consulta tú cedes energía y conocimiento a otra persona y es justo que recibas algo a cambio. Los gitanos llamaban a este intercambio “pacto de videncia”. No es ético especular, aprovecharse de la ignorancia o del dolor de las personas. Sé justo y pide por tu trabajo lo que él merece.
Y como síntesis de todo lo anterior, aplica la regla de oro:
Lee el tarot a otros como te gustaría que te lo leyeran a ti
Lee el tarot a otros como te gustaría que te lo leyeran a ti
TAROT RIDER WAITE SMITH
Tarot Rider Waite Smith: el más adecuado para iniciarse en la lectura del Tarot

El Tarot fue publicado por primera vez en 1909, reeditado ya junto con el libro “La Clave del Tarot” en 1910, y ambos fueron reeditados conjuntamente con el nombre definitivo “Clave Pictórica del Tarot, una guia para la lectura del Tarot” (Pictorial Key to the Tarot, a guide to Tarot reading) en 1911. Desgraciadamente, las planchas originales fueron destruidas durante los bombardeos de Londres en la II Guerra Mundial, lo que hizo que este Tarot casi cayera en el olvido a mediados del siglo XX, hasta que la hija de Waite vendió los derechos de reproducción a US Games en 1971, que reimprimieron un facsímil e hicieron resurgir su éxito, siendo hoy la baraja de Tarot más vendida, sobre todo en los países de habla inglesa y del norte de Europa.
Arthur E. Waite, estadounidense afincado en Inglaterra, era un autor prolífico, queescribió y tradujo innumerables obras sobre ocultismo hablando de Videncia, Esoterismo, Rosacrucianismo, Masonería, Magia ceremonial, Cabalística y Alquimia. Destacan sus trabajos sobre el Santo Grial, entre otros, aunque el Tarot y su libro “Clave pictórica del Tarot” es lo que le hizo más famoso.
Waite fundó el grupo iniciático del Amanecer Dorado (Golden Dawn), al que pertenecieron también personajes influyentes del siglo XX, como Sir Arthur Conan Doyle, entre otros. Pamela Colman Smith también pertenecía a esta Sociedad, y recibió encantada el encargo de la representación gráfica de las cartas del Tarot de Waite. Éste, quería reinventar el estilo del Tarot de Marsella, reflejando las ideas místicas y filosóficas de la “Amanecer Dorado”, buscando una expresión más racionalista y no tan mágica del Tarot.
Así, su libro empieza por dudar de los orígenes místicos y egipcios del Tarot. Waite considera que el Tarot nació en el siglo XVI y lo explica como una representación simbólica de la memoria colectiva, de las fuerzas del subconsciente, y establece que el Tarot se trata más bien de una herramienta para el autoconocimiento (idea también compartida por Carl Gustav Jung).
Es por eso que, siguiendo los criterios que aparecen en su libro, Waite rediseñó las cartas del Tarot de Marsella: eliminó las letras hebreas, intercambió dos Arcanos Mayores (el de la Fuerza y el de la Justicia) y añadió símbolos nuevos, algunos procedentes de la alquimia, de tal manera que el diseño de cada vestido, el color de las flores, los paisajes… en cada carta reflejan una situación, por lo que, al contrario de lo que sucede con otras barajas del Tarot, la Rider-Waite-Smith da la misma importancia a los Arcanos Mayores que a los Menores, ya que cada uno refleja una escena simbólica completa (al parecer, gracias a la gran habilidad pictórica de Pamela C. Smith, puesto que Waite no le presentó esbozos, sólo descripciones precisas para los Arcanos Mayores y una simple lista de significados para los Arcanos Menores).
Siguiendo esos criterios y datos, Pamela C. Smith, ilustradora influenciada por las corrientes artísticas que recorrían Europa a principios del siglo XX, diseñó unas cartas brillantes, alegres, muy ricas pictóricamente, de tal forma que cada carta refleja claramente su significado. La contribución artística de Smith es clave en la popularidad de esta baraja del Tarot ya que resulta ideal para iniciarse en el Tarotpor la rica simbología contenida en las imágenes de las cartas y porque el libro de Waite, que se vende conjuntamente con ellas, ayuda a entender su significado e interpretación.
INVOCACIÓN PARA PREPARAR LAS CARTAS DEL TAROT

Las cartas no pueden comprender siempre nuestros motivos, pero al ser benéficas y positivas, obran para ayudarnos a progresar.
Para que nuestra mente pueda captarlas, hará falta una sincera aspiración, formular correctamente nuestras preguntas, y si es posible situarlas en un tiempo y espacio muy precisos, para poder actuar sobre ellas.
La propia consulta del Tarot deberá hacerse con una baraja previamente consagrada y que solo usaremos nosotros.
Es importante que su lectura se haga sobre un pequeño tapiz o pieza de tela destinada a este efecto, el color de la tela sobre la cual las cartas deben poder deslizarse será el violeta.
A continuación empezaremos con el ritual de invocación, quemando incienso y encendiendo una vela. Cuidaremos de no ser interrumpidos y que nadie nos moleste.
De principio tocaremos solamente los Arcanos Mayores pronunciando la siguiente invocación:
Señor del Tarot
Maestro de las imágenes
Dispensador de verdades ocultas
Ilumina a quien te implora
Que la llama y el espejo,
no reflejen nada distinto,
a la más pura inspiración.
Despierta en nosotros por las esencias
los colores y las imágenes,
las verdades del gran libro de la vida
y dirige hacia nuestra conciencia
la luz de tu alta sabiduría.
Maestro de las imágenes
Dispensador de verdades ocultas
Ilumina a quien te implora
Que la llama y el espejo,
no reflejen nada distinto,
a la más pura inspiración.
Despierta en nosotros por las esencias
los colores y las imágenes,
las verdades del gran libro de la vida
y dirige hacia nuestra conciencia
la luz de tu alta sabiduría.
En seguida, nos centraremos durante unos minutos sobre las cartas del Tarot, para proceder a recogerlas y lo mismo haremos con los arcanos menores.
Guardaremos la baraja en un sitio que será en adelante el suyo y podremos consultarla a partir del día siguiente a la consagración.
Siempre será mejor hacerlo durante la luna llena, así recogeremos la máxima influencia de su energía.
Esta baraja de Tarot solo deberá ser manipulada por nosotros.
¿POR QUÉ FUNCIONA LA ASTROLOGÍA?
El significado de la palabra Astrología es: “comprender (la indicación de) los astros”.
Durante miles de años el hombre recurrió a los astros para saber cuando se acercaba la estación de las lluvias o de las cosechas o cuando era el tiempo de migrar hacia otras tierras, etc. Los astros repetían ciclos que eran acompañados por ciclos terrestres, como las estaciones del año, entonces el hombre volvió su cabeza al cielo para poder predecir –decir con antelación- qué determinados fenómenos sucederían. El cielo describía los ciclos de la naturaleza.
Sin embargo, esta visión es muy simplista. Es una mirada desde esta época, en la que ya se ha constituido la “naturaleza”. Los pueblos antiguos no vivían en conexión con la naturaleza, simplemente vivían. De modo que, para ellos, conocer los ciclos que nosotros llamamos “naturales” era, sin más, conocer los ciclos. Y esto incluía sus propios ciclos, los humanos.
Pero es probablemente recién en la época de los griegos o poco antes, cuando se perfecciona el instrumento que permite a los hombres empezar a comprender que la observación del cielo habilita a captar verdades acerca de sí mismos. Esto se viene precisando y afinando desde hace 3 ó 4 mil años.
Ahora bien, ¿cómo es posible que las posiciones de los planetas y demás configuraciones en el cielo nos hablen acerca del temperamento y el destino?
Para la mentalidad actual esto es un verdadero disparate. Tanto quienes se escudan en el “sentido común” como aquellos que esgrimen como espadas relucientes al “pensamiento científico” (en el fondo, lo mismo) pueden argumentar que cada tanto se reúne algún grupo de científicos y filósofos y emiten una declaración en la que atacan en forma furibunda a la Astrología. Por lo común estos científicos jamás han leído ni investigado nada que tenga que ver con la verdadera Astrología. Por tanto, se basan únicamente es sus abundantes y bien regados prejuicios.
Para peor, hay algunas personas que dicen ser “astrólogos” que pretenden ser “científicos”. Eso significa, sencillamente, que no han comprendido qué es la Astrología. La Astrología no es ni será jamás una ciencia al estilo de la Física, la Biología u otras de esa clase. Es otra cosa.
Empezando por el hecho de que los astrólogos partimos del supuesto de que el mundo no es una máquina, sino un “cosmos”, palabra cuyo significado etimológico es “orden hermoso”. Para nosotros, los astrólogos, el mundo es una “obra de arte”, sólo que, a diferencia de las que hacen los artistas, ésta surge sola o, quizá, por obra de algún dios escondido.
El punto crucial es que, como cualquier obra del arte, el Cosmos tiene significado. Y la Astrología es, nada menos que un método para hallarle significado.
Hay muchas frases hechas sobre la Astrología. Por ejemplo, algunos “esoteristas” dicen que no existen las “casualidades”, sino que hay “causalidades”. Pero estas frases que, cuando se emitieron (hace décadas) podían sonar ingeniosas, llevan hoy en día a la confusión.
La Astrología no trata con “causas y efectos”. Es una sabiduría del significado, del sentido del mundo y de la vida.
El primer principio de la Astrología dice: “Así como es arriba es abajo…; pero inmediatamente agrega: “y así como el abajo, es arriba”. Este principio básico quizá se remonta a una gran antigüedad; pero su enunciación más antigua conocida pertenece a un autor griego que se escondía bajo el seudónimo de “Hermes Trimegistos” (que quiere decir: “El triplemente grande Hermes”). Su libro se conoce como “La Tabla de Esmeralda”.
La pregunta del millón es: ¿qué relación hay entre el “arriba” y el “abajo”?
Desde ya que no se trata de que el “arriba” sea la “causa” y el “abajo” el “efecto”, ni nada por el estilo; de eso tratan, repetimos, las ciencias, pero no la Astrología.
Desde ya que no se trata de que el “arriba” sea la “causa” y el “abajo” el “efecto”, ni nada por el estilo; de eso tratan, repetimos, las ciencias, pero no la Astrología.
Lo que indica la frase es que entre el Cielo (el “arriba”) y la vida humana (el “abajo”) hay una relación muy peculiar: una relación de analogía. ¿Qué significa “analogía”? Analogía significa “proporción”. Pero con eso no adelantamos demasiado porque, ¿qué significa “proporción”? Proporción es una conexión entre dos fenómenos hecha de modo tal que se mantiene intacto el significado.
O sea: entre el Cielo y la vida humana hay una relación tal que tienen ambas el mismo significado. Algunos, conectando esta idea con la de los ciclos o el tiempo, llaman a este principio, como veremos, “sincronicidad”.
Pongamos una imagen: es como si el Cielo fuera un espejo de la vida humana. Pero ¡ojo!: La vida terrestre también es un espejo del Cielo. Son dos espejos que se espejan mutuamente y, juntos, apuntan a lo incognoscible.
Eso quiere decir que hay analogía entre el Cielo y la Tierra. Podemos entender lo que nos pasa aquí en la Tierra mirando el cielo; ¡y podemos entender lo que pasa en el Cielo mirando lo que ocurre aquí en la Tierra!
Así fue como se construyó la Astrología, mirando un poco al Cielo y un poco a la vida humana.
Así fue como se construyó la Astrología, mirando un poco al Cielo y un poco a la vida humana.
Además, a la frase de Hermes Trimegistos los astrólogos le agregamos otro detalle: “así como es arriba es, a la vez, abajo; y así como es abajo es, a la vez, arriba”. Las cosas ocurren sincrónicamente arriba y abajo.
Por otra parte, “arribas” y “abajos” hay muchos. Porque hay muchos planos de la realidad y todos están ordenados de arriba a abajo. Y entre todos hay la misma relación de analogía. Está el plano de cielo, pero también el plano del cuerpo, el plano psicológico, el plano histórico, etc., lo que nos permite trasladar el significado de lo que observamos en uno cualquiera de los planos, por analogía, a cualquiera de los otros. Y entre todos hay sincronicidad [1]; o sea: las cosas que significan lo mismo ocurren a la vez.
El cielo es entonces una especie de pizarra en la cual está escrito el mismo texto que está escrito en el psiquismo humano (y en los demás planos de la realidad). Si logramos descifrar lo que dice el cielo sabremos también lo que ocurre en nuestro interior, y viceversa. El pensamiento griego sabía de este “viceversa”, por eso dejó plasmada esa famosa consigna a la entrada del Oráculo de Delfos: “Conócete a ti mismo”.
De lo dicho hasta aquí nos queda muy claro que los astros no influyen ni causan nada en nosotros, sino que describen el mismo proceso que atraviesa el alma de una persona. Descifrar ese proceso nos aportará una invalorable información.
Algunos dicen que “los astros no obligan, pero inclinan”, o frases por el estilo. Pero esto equivale a no entender cómo funciona la Astrología. Los astros ni obligan, ni inclinan, ni nada de eso. La Astrología es un saber relativo al significado del Cosmos, entendiendo que al Cosmos pertenece tanto el Cielo como la vida humana. Y se basa, repetimos, en que hay una relación de analogía entre los diversos planos de la realidad, de modo que, leyendo y entendiendo un plano, tenemos muchos elementos para comprender los otros.
Una Carta Natal es algo muy simple: es un mapa (“carta”) de la situación que tiene el cielo cuando una persona está naciendo (respirando por primera vez, porque antes de nacer no es independiente biológicamente, es una unidad con la madre).
Una Carta Natal es algo muy simple: es un mapa (“carta”) de la situación que tiene el cielo cuando una persona está naciendo (respirando por primera vez, porque antes de nacer no es independiente biológicamente, es una unidad con la madre).
Ahora bien, ¿cómo leer ese mapa del cielo? Tratemos de pensar en un alfabeto de 34 letras: 12 Signos zodiacales (que son las doce cualidades que tiene toda realidad), más 10 Planetas (que simbolizan las diez funciones de una entidad viviente y conciente como nosotros), más 12 “Casas” que simbolizan las doce áreas o escenarios en que se desarrolla nuestra vida. Estos son los elementos que aparecen en el mapa natal de una persona.
El trabajo del astrólogo es aprender a utilizar estos 34 símbolos para comprender el desarrollo de lo viviente.
La Carta Natal no sólo es un mapa del Cielo que había en el momento del nacimiento de una persona, sino –y esto es lo interesante- un mapa de ruta para toda el desarrollo de la vida de esa persona, o una suerte de “manual de instrucciones” para ella.
Lanzarse a conocer hacia donde nos dirigimos, con qué potencialidades contamos, cómo podemos aprovecharlas mejor, cuáles son los obstáculos con que podemos tropezar en el camino, etc., es una tarea tan apasionante que, una vez iniciada, es difícil volverse atrás. Y tanto más cuanto que no sólo podemos comprendernos a nosotros mismos, sino también ayudar a otras personas a conocerse mejor.
Ese es el sentido de la Astrología a nuestro juicio.

[1] El concepto de sincronicidad fue acuñado por Carl Jung para expresar una coincidencia o concordancia entre acontecimientos físicos o psíquicos, sueños, etc. que tienen lugar simultáneamente en distintos lugares y que no pueden explicarse por la casualidad. Pero nosotros lo utilizamos más ampliamente.
¿QUÉ CALSE DE ENERGÍA TRANSMITES?
Atraemos a personas y situaciones con vibraciones similares a las nuestras inconscientemente

Si tú llevaras imanes pegados por todas partes, podrías esperar que algunas cosas se te pegaran, que otras se alejaran corriendo de tu lado y que otras no te afectaran. En cierto modo, esto es lo que ocurre en la vida. Inconscientemente transmites tu energía. Algunas de tus cualidades son magnéticas y otras repelentes. Has atraído hacia ti toda cosa y persona que está en tu vida. La vibración que emites está formada por tu energía consciente e inconsciente, en parte repelente, en parte magnética, y en parte neutra. La ley que hay detrás de ello es la que dice: atraemos lo que es similar a nosotros.
Atraemos a nuestra vida, personas y situaciones que tienen vibraciones similares a las nuestras. Las cualidades negativas como la penuria, la desesperación, la depresión, la rudeza o la desconsideración conducen a una frecuencia baja. Si poseemos alguno de estos elementos en nuestra naturaleza, magnetizaremos a alguien de energía similar hacia nuestra vida. Las cualidades como el amor, la gentileza, la dicha, el deleite o la generosidad transmiten una energía de frecuencia elevada y también magnetizan a personas de energía similar.
El universo nos ofrece espejos para que nos contemplemos en ellos, mira a tu alrededor y observa a los personajes que te rodean. Están interpretando un papel en la obra de tu vida por algún motivo. Cuanto más vehementemente negamos que somos como imanes para cierto tipo de persona o situación, más nos pide nuestro Yo superior que observemos atentamente a nuestra sombra. La desesperación es algo que repele.
Cuando alguien está desesperado por tener pareja, los demás captan esa desesperación a un nivel sutil y se retiran. Cuando cambian esa energía por otra amorosa, abierta y de aceptación, atraen a la persona adecuada. La ley de atracción funciona en diferentes ámbitos. Si no estás en armonía con la vida puedes atraer alimentos que te sientan mal. Si tienes pensamientos autocríticos te estás atacando a ti mismo. Puedes atraer a mosquitos que te piquen. Están sirviendo de espejo para la energía que estás emitiendo. Si estás soterrando la cólera puedes atraer un ataque. Si tienes pensamientos negativos atraes a personas y situaciones negativas. Si tienes mala salud, en el momento en que estés listo para soltarla atraerás al sanador perfecto a tu vida. Si quieres que un proyecto tenga éxito pero tienes sentimientos ocultos de aburrimiento, o si estás asustado o cansado, la energía subyacente contrarrestará el éxito del proyecto. Siempre que algo no se manifieste como tú esperas, examina tus sentimientos soterrados y cámbialos. Entonces magnetiza aquello que quieres.
Lo interior atrae a lo exterior. Si algo de tu mundo exterior no es como quieres que sea, busca dentro y cambia tu manera de sentir con respecto a ti mismo. Entonces automáticamente atraerás a personas y experiencias diferentes hacia ti. Si te infravaloras y piensas que no eres lo suficientemente bueno, atraerás a una persona abusiva que te hará lo mismo.
Recuérdate tus buenas cualidades y magnetiza a alguien que te aprecie. No emitas energía negativa ni pienses en atraer algún desastre hacia ti. Irradia luz positiva y confía en que un milagro se acerque a ti. Eres como un imán: atraes aquello que es similar a ti.
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